Causas de mal aliento

Un aroma desagradable que sale de la boca y que quizá el responsable no nota, pero sí el resto de las personas. El tener mal aliento es un problema no solo social, sino que en muchos casos médico y que se puede superar.

El mal aliento cuyo nombre formal es halitosis, se da por la acción de metabólica de bacterias en la boca que producen un aroma desagradable. Todos tenemos estas bacterias, pero si estas interactúan con ciertos químicos o condiciones de salud, se produce la halitosis.

Las causas del mal aliento son diversas y van desde mala higiene bucal al consumo de ciertos alimentos o un efecto de enfermedades que afectan la cavidad bucal y zonas cercanas. Además, esta condición puede aparecer mientras se padece un cuadro gripal o infección respiratoria. Así, los desencadenantes más comunes para la halitosis son.

Mala higiene bucal

Falta de higiene dental o un lavado de dientes mal hecho pueden llevar a desarrollar mal aliento debido a la formación de placa bacteriana. El aseo dental debe incluir el cepillado con dentífrico de dientes y encías y, el uso de seda dental.

Es importante lavar la lengua y paladar. Si bien el uso de enjuague bucal no es obligatorio, hay que consultar al odontólogo sobre si requerimos ese producto y cuál es el mejor cepillo y pasta dental para cada persona.

Se recomienda realizar limpiezas bucales profesionales cada cierta cantidad de meses, todo con especialistas en el tema y en algún centro autorizado y certificado.

Fumar

El fumar provoca daños graves en el cuerpo y, una de sus consecuencias menos conocidas es la halitosis, algo que los fumadores no notan, ya que su nariz se acostumbró al olor, pero que quienes están a su alrededor bien podrán detectar.

Efecto secundario medicamentos

Hay medicamentos que incluyen entre sus efectos secundario la halitosis. Si aparece, hay que consultar al médico acerca de cómo tratarla, muchas veces un odontólogo podrá recetar un enjuague especial para combatirla.

Caries y problemas en las encías

Las caries son provocadas por bacterias que terminan dañando el diente y, si no se tratan a tiempo pueden obligar a tratamiento invasivos, la extracción de la pieza e infecciones bucales. Asimismo, son causa de aliento.

La gingivitis y otros problemas en las encías, además de heridas en la boca, también pueden provocar halitosis. Una buena higiene bucal y el buscar tratamiento con el dentista pueden terminar con el problema y ayudar a deshacerse del mal aliento.

Consumo de ciertos alimentos

Después de ingerir comidas con cebolla, ajo o muchos condimentos, entre otros, la persona presenta mal aliento, ya que una vez que el organismo las metaboliza, parte de sus químicos pasan al pulmón y se expulsan al expirar, dando paso a ese olor desagradable que sale de la boca.

Infecciones en la vías respiratorias

Infecciones en la laringe, faringe, amígdalas, sinusitis, etc, tienen como síntoma un mal aliento bastante particular producto de la presencia de patógenos. Una vez que la infección ceda, también lo hará el olor.

Ayuno prolongado

El pasar periodos largos sin comer provoca mal aliento, lo que es muy común en las mañanas, ya que la saliva se acumula en la boca y con ello proliferan las bacterias. El lavado de dientes frecuente y no saltarse comidas puede ayudar.

Prótesis dentales y aparatos de ortodoncia

El uso de prótesis dentales removibles o aparatos de ortodoncia fijos o que se pueden sacar, hace que la comida se junte en estos y, si no se lavan con frecuencia y con las herramientas necesarias, esos alimentos se van a descomponer en la boca dando paso al mal aliento.

Edad

Es común que las personas noten una diferencia en su aliento con el paso de los años, ya que cambia la acidez de la saliva y, en gente de la tercera edad la halitosis es más común, ya que la saliva no hace bien su trabajo.

El énfasis en el buen aseo dental y uso de productos recomendados por el odontólogo podrán ayudar a evitar o controlar el mal aliento.

Otras causas para el mal aliento

El mal aliento o halitosis tiene causas múltiples y si bien las ya nombradas son las más comunes, hay otras que vale la pena mencionar:

• Diabetes
• Úlceras e infecciones estomacales
• Quimio y radioterapia
• Ciertos cánceres
• Problemas hepáticos
• Enfermedades autoinmunes
• Ciertos síndromes de baja incidencia
• Condiciones renales