Causas de hipo
La explicación médica para el hipo es que se trata de una reacción involuntaria y espasmódica del diafragma y los músculos alojados entre las costillas, la cual produce en el individuo una súbita inspiración de aire que se repite con cierta regularidad. A ese fenómeno es que conocemos como hipo.
Si le consultamos a cualquier persona cuáles son los órganos principales intervinientes en el proceso de la respiración, la mayoría nos responderá sin dudarlo “pulmones”.
Pero olvidarán de mencionar al diafragma, el músculo esencial para facilitar la respiración en todos los animales mamíferos. Y por mucho que no nos guste la idea, el ser humano sigue perteneciendo a este reino de la naturaleza.
Cuando el diafragma se contrae, provoca la expansión del tórax y el consiguiente ingreso del aire a los pulmones. Este proceso es denominado inspiración. Cuando el diafragma se relaja, el tórax se contrae y provoca la salida del aire alojado en los pulmones. Esta parte del proceso se llama espiración.
Las principales causas del hipo
Bien, ya sabemos que el hipo es causado por una irritación del diafragma. Pero, ¿qué cosas provocan que el diafragma se irrite?
Otras razones para la aparición del hipo son adjudicables al abuso de alcohol, al consumo excesivo de bebidas gaseosas, a la ansiedad, ingerir comidas con demasiadas especias picantes, a una irritación propia del estómago o de la garganta o haber sido sometido recientemente a una intervención quirúrgica en el abdomen.
Existen también algunas enfermedades, como la pleuresía o la neumonía, que pueden irritar directamente el nervio frénico (encargado de controlar el movimiento del diafragma).
En principio, la principal razón por la que aparece el hipo es por comer en exceso o demasiado rápido.
Así y todo, también es muy probable que el hipo aparezca sin ningún motivo aparente que lo justifique. Y que desaparezca tan súbitamente como se presentó.
Clasificación del hipo
De acuerdo a la duración que tenga el hipo, se lo puede clasificar como hipo agudo o hipo persistente. Veamos qué características y tratamiento tiene cada uno.
Tipo de hipo agudo
Se denomina así al hipo que tiene una duración menor a las 48 horas. Se trata del caso más común, el que padece la mayoría de la población, y sus causas son benignas.
Normalmente, dura solo unos minutos y desaparece tan repentinamente como apareció.
Como tratamiento, se utilizan los “remedios” surgidos de la experiencia a través del tiempo y que nada tienen que ver con la medicina. Por citar un ejemplo, el método más difundido es el de aguantar la respiración durante unos 15 segundos.
Tipo de hipo persistente
Los especialistas denominan así al hipo que tiene una duración mayor a las 48 horas, pero es menor a un mes.
Este tipo de hipo es el menos frecuente y, de acuerdo a las estadísticas, puede llegar a padecerlo una persona entre cien mil. Los estudios ponen en evidencia que en la mayoría de los casos son una manifestación de alguna enfermedad a la que conviene prestarle atención. Especialmente porque las personas afectadas por este tipo de hipo suele superar los 50 años.
En cuanto a su tratamiento, es difícil de precisar dado que su causa suele hallarse en enfermedades crónicas. La mejor forma de tratar este tipo de hipo es diagnosticar y curar la enfermedad causante de la irritación del diafragma.
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