Causas de la Revolución China
Al hablar de la Revolución China es necesario comenzar aclarando a cuál de todas nos referimos. China es un país con mucha historia, con un extenso territorio, y con muchos enemigos que han querido arrebatárselo. Por lo tanto, con tantos intereses en conflicto, también ha tenido unas cuantas revoluciones.
Se llama, oficialmente, Revolución China a los sucesos que tuvieron lugar entre octubre de 1911 hasta febrero de 1912, cuando el emperador Puyi se vio obligado a abdicar al trono imperial.
Tal como dejábamos entrever, su historia es bastante compleja como para poder sintetizar las causas de la Revolución China en una sencilla enumeración de antecedentes. Para ello es necesario extenderse un poco, así que trataremos de resumirlas para que no resulte un texto muy pesado.
El sentimiento anti Manchú
La aversión hacia la familia Qing (fundada por el grupo étnico conocido como manchú por provenir de la región de Manchuria) no es algo que surgió de la noche a la mañana. Desde el inicio de su dinastía (1644) fueron acusados de bárbaros y de destruir la cultura Han tradicional. También fueron acusados de suprimir el desarrollo científico de China, logrando que de nación líder en poderío retrocediera a una pobre sombra.
En un sentido amplio, cualquier activista que se opusiera a la familia Qing era también un activista anti manchú. Especialmente después de la Rebelión Taiping, en 1851. Este sentimiento logró que personas de diferentes vertientes políticas, e involucradas en movimientos y levantamientos dispares, vieran que enfrentaban a un enemigo común.
Movimiento de auto-fortalecimiento
También conocido como Movimiento Ziqiang, fue un período institucional iniciado tras la Guerra del Opio, que se extendió desde 1861 hasta 1895. Esa guerra puso en evidencia la debilidad de China por lo que muchos militares e intelectuales creyeron que debían realizarse cambios significativos. Naturalmente, la mayor parte de la elite gobernante mantenía una posición conservadora y eso fue un gran obstáculo para que esos cambios fueran más allá de la modernización de la capacidad militar y la red ferroviaria de transporte.
El Movimiento Ziqiang se dividió en tres fases:
- Primera fase: se extendió desde 1861 a 1872, y tuvo énfasis en la adopción de armas, máquinas y conocimiento científico de occidente. También se inició el entrenamiento de personal técnico por un lado, y de personal diplomático por otro al establecer una oficina diplomática. Se suele llamarse a esta fase como movimiento extranjerizante.
- Segunda fase: se extendió desde 1872 hasta 1885. Durante esta fase, el comercio, la industria y la agricultura recibieron gran atención por parte del gobierno. Algo totalmente nuevo para los chinos, puesto que siempre estuvieron incómodos con cualquier actividad que creara riquezas de otra cosa que no fuera la tierra. Así surgieron industrias orientadas a generación de ganancias en sectores de navegación, transporte ferroviario, minería y telégrafos. Con este avance, se puso en evidencia el lado oscuro de la administración burocrática: corrupción, nepotismo y falta de iniciativa.
- Tercera fase: va de 1885 a 1895. En esta fase, el movimiento se había aplacado bastante gracias a la acción de los conservadores, que abrumaban al príncipe Gong y sus partidarios. Sin embargo, empieza a nacer las empresas privadas.
Reforma de los Cien Días
Aunque en realidad fueron 103 días, este fallido movimiento tuvo la intención de realizar una reforma nacional, cultural, política y educacional que tuvo lugar en 1898. Como era de esperarse, los conservadores decidieron ponerle punto final con un golpe de estado. Algunos reformistas lograron exiliarse y mantuvieron la idea de lograr una monarquía constitucional similar a la del Reino Unido. De esa manera, la familia imperial permanecería en el sistema político, pero el poder político recaería en un gobierno democrático.
El Movimiento Yihetuan
Este movimiento, que se extendió de 1899 a 1901, también se conoce como Rebelión de los Bóxers. Fue un levantamiento violento que se opuso al colonialismo extranjero y a toda actividad que se asociara a las misiones cristianas.
Con el apoyo de la emperatriz Cixi, se emitió un decreto declarándole la guerra a los poderes extranjeros. Así, durante 55 días, la Armada Imperial China sitió en Pekín a diplomáticos, militares y civiles extranjeros junto a chinos convertidos al cristianismo.
La Examinación imperial abolida
La Examinación imperial era un sistema de examen para seleccionar candidatos para la administración burocrática. Se basaba en el conocimiento clásico y literario exclusivamente, y la falta de conocimiento técnico ya era evidente. Esto, y el resultado de la Rebelión de los Bóxers, llevaron a la emperatriz a realizar algunos de los cambios propuestos en la Reforma de los Cien Días.
El cambio más importante fue la abolición, en 1905, de la Examinación imperial. Una vez abolida, las personas ya no conseguían puestos en el gobierno solamente con tener éxito en la examinación y comenzaron los drásticos cambios en el ambiente político.
La campaña constitucionalista
El gobierno Qing anunció en 1906 una campaña constitucionalista. A pesar de los esfuerzos de los constitucionalistas para formar un gabinete, este no se formó hasta 1911. Pero el nombramiento de primer ministro del recién formado gabinete cayó en el Príncipe Qing. Además, 9 de los 13 miembros del gabinete eran de origen manchú, y 7 de ellos pertenecían a la familia imperial. Todo esto decepcionó a los constitucionalistas, sumado al sentimiento anti manchú imperante desde siempre.
En este escenario, los constitucionalistas decidieron apoyar una revolución más allá del constitucionalismo, convencidos de que era el único camino para salvar a la nación.
El levantamiento de Wuchang
La insurrección contra el poder imperial ocurrido en Wuchang se considera la última gota que desencadenó la Revolución China en octubre de 1911.
Todo comenzó por accidente, cuando explotó una bomba de las que se construían en la ciudad de Hankou. Eso delató a los revolucionarios, que ahora enfrentaban la posibilidad cierta de la ejecución. Ante esa situación, el único plan de acción era adelantar la revolución que ya se estaba organizando. De esta forma, un motín de soldados perteneciente al propio ejército leal al emperador, tomó la ciudad de Wuchang.
Finalmente, el ejército imperial y los revolucionarios se enfrentaron en la batalla de Yangxia el 10 de octubre de 1911, iniciando así la Revolución China.
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